Washington, 24 dic (Prensa Latina) El Árbol Nacional de Navidad, una tradición de casi un siglo en Estados Unidos, se mantiene hoy como uno de los principales atractivos de las festividades de fin de año en la capital del país.
Cerca de la Casa Blanca y el Monumento a George Washington, en el espacio conocido como La Elipse, se coloca anualmente ese imponente elemento decorativo, fruto de una costumbre iniciada en 1923 por el expresidente Calvin Coolidge y que constituye uno de los sitios más visitados por residentes y foráneos en estas jornadas.
El mandatario del país, el republicano, Donald Trump, y su esposa Melania, encabezaron el pasado 5 de diciembre la ceremonia de encendido del árbol de 2019, un abeto azul de Colorado de 30 pies de altura (nueve metros), proveniente de Palmyra, en el estado de Pensilvania.
La decoración del árbol, que permanecerá abierto al público hasta el 1 de enero, está conformada por 50 mil luces y 450 adornos de grandes estrellas blancas.
Alrededor del gigantesco símbolo navideño se ubican otros 56 árboles, más pequeños, en representación de los 50 estados del país, cinco territorios y el Distrito de Columbia, los cuales conforman el bautizado como Camino de la paz.
De acuerdo con el Servicio de Parques Nacionales, más de mil 500 estudiantes de escuelas de esos lugares diseñaron y crearon los ornamentos incluidos en esos arbolitos, los cuales muestran características distintivas de los territorios a los que representan.
A ello se une que, desde 1994, y para delicia de los niños que visitan el lugar, voluntarios del Ferrocarril del Árbol Nacional de Navidad construyen y operan una maqueta de tren que se mueve alrededor de la base, y cuya versión de este año consiste en más de 300 metros de vías.
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